Nuestra aventura en la simulación: SimUni

SimUni involucra a equipos de estudiantes de medicina de todo el mundo para competir en escenarios médicos de emergencia. El equipo ganador de 2022 nos cuenta su experiencia.

Todo comenzó con el interés de un grupo de amigas en la medicina de emergencia, impulsado por una competición de simulación local para estudiantes de medicina en Coimbra, Portugal. Desde el comienzo de este viaje, yo, Inês, Patrícia y Viktoriya entendimos que la simulación es la clave para un ambiente de aprendizaje más seguro y fructífero y, en consecuencia, para una práctica médica más segura. SimUni nos hizo entender eso aún más.

SimUni involucra a equipos de estudiantes de medicina de todo el mundo para competir en escenarios médicos de emergencia con un paciente virtual. En Sevilla, durante la 27ª Reunión Anual de SESAM (Sociedad para la Simulación en Europa), los equipos seleccionados fueron testeados en dos casos muy diferentes, y el último fue el que nos llevó al límite.

A pesar de todos los factores de simulación, en ese momento todo parece real. Por lo tanto, la entrevista clínica, el examen físico, el seguimiento, las habilidades técnicas y cualquier otro procedimiento se realizan como en un escenario de la vida real. Si bien la gestión adecuada de la situación clínica es fundamental, el mayor desafío en el último escenario fue manejar a un familiar intruso que perturbó la dinámica de nuestro equipo y nos obligó a hacer ajustes imprevistos.

En este contexto, el estrés y la adrenalina son los mismos que en una sala de emergencias real, y la comunicación y los desafíos establecidos son igualmente realistas. Aunque entrenamos varios casos clínicos, siempre hay situaciones inesperadas que desafían el conocimiento teórico y nos sacan de nuestra zona de confort. Cuando termina la simulación, tenemos una sensación de alivio, pero también nos damos cuenta de que una vez más adquirimos nuevos conocimientos de alta calidad. El debriefing final es un gran contribuyente a este proceso de aprendizaje: discutir el caso clínico, explicar ciertas decisiones y aclarar dudas de ambas partes -jueces y competidores- tienen un papel extremadamente importante. A menudo, no existe el bien o el mal, sino el mejor enfoque para ese paciente específico.

Tanto en competición como en los entrenamientos, el entusiasmo de todos los intervinientes fue contagioso. Practicamos, en equipo, solas, asesoradas por colegas y por un tutor (médico con experiencia en medicina de emergencia y atención prehospitalaria). En cada escenario adquirimos nuevas habilidades y conocimientos.

«La experiencia fue enriquecedora desde el primer día: logramos mejorar nuestros conocimientos teóricos, prácticos e incluso habilidades no médicas como la ayuda mutua, el espíritu de equipo, la flexibilidad y la confianza» afirma Patrícia, otra integrante del equipo. «A lo largo de este camino, nos dimos cuenta que, aunque la dificultad de los casos aumentaba paulatinamente, siempre podíamos resolverlos si nos manteníamos cohesionadas. Sin duda fue un tiempo de crecimiento personal y profesional, rodeado de mucha diversión».

Además de la parte técnica, creo que el objetivo principal de la competencia es promover habilidades no técnicas como la comunicación, la conciencia situacional, la asignación de roles, el manejo de cambios repentinos y el trabajo en equipo, que curiosamente son las más difíciles de entrenar y retener.

Inês agrega: «SimUni nos dio la oportunidad de pensar y aprender de formas que no tendríamos en ningún otro escenario. La repetición en los entrenamientos cimentó el conocimiento sobre cómo actuar en situaciones de emergencia y el aspecto de competencia aportó realismo. Nuestro camino de Coimbra a Sevilla fue emocionante y experiencias similares serían un recurso en la educación médica en todo el mundo. Los concursos de simulación locales, nacionales e internacionales son excelentes formas de aumentar el interés de los estudiantes de medicina en las emergencias y esta fantástica forma de aprender».

Entendemos que la simulación no es solo para estudiantes y que incluir habilidades no técnicas en la capacitación de médicos puede ser un desafío, pero tiene un gran beneficio a largo plazo para el paciente, los profesionales de la salud y las instituciones. Estar rodeado de personas que comparten la misma pasión por una práctica médica mejor, más fuerte y más segura nos estimula a todos a seguir aprendiendo (y eventualmente a enseñar) de esta manera activa y animando a otros a hacerlo también.

Durante el SimUni, absorbimos cada feedback, comentario y enseñanza de los expertos y los otros equipos. Estar en contacto con estudiantes de medicina de varios países fue una de las mejores partes de esta aventura. Tuvimos el privilegio de conocer personalmente a colegas de Alemania y los Emiratos Árabes Unidos, con diferentes antecedentes, experiencias, métodos de enseñanza y, en consecuencia, particularidades en los enfoques técnicos y no técnicos del paciente, de quienes aprendimos mucho. Terminando con el punto de vista de Viktoriya,

“no solo es una gran oportunidad para descubrir nuevas formas de trabajar, sino también para establecer conexiones con personas apasionadas por las mismas cosas que nosotros.

Redes como estas pueden ser de gran interés para futuros proyectos, sean personales o no»