En simulación, las emociones son reales

Una descripción narrativa del papel potencial de las emociones en los procesos cognitivos y en el aprendizaje durante el entrenamiento de simulación.

Bienvenidos de nuevo a nuestro pub.

En esta ocasión su maestro cervecero propone, una vez más, una cerveza de meditación. Es una stoutproducida este año por una conocida cervecería canadiense ubicada cerca de Ottawa.

Los maestros canadienses, mientras cocinaban el mosto, analizaron las creencias y experiencias de los entrenadores de simulación que tienen diferentes puntos de vista sobre el tema de las emociones. Hay quienes creen que, prescindiendo de que la emoción sea positiva o negativa, conducirá a un mejor aprendizaje. Aquellos que piensan que existe un “nivel” correcto de implicación emocional para el aprendizaje, donde muy poco no es suficiente, pero demasiado es abrumador. También están aquellos que creen que si la información se codifica en un estado de estrés, los alumnos podrán consolidar mejor esta información y recuperarla más tarde en circunstancias similares. Por el contrario, hay personas que argumentan que demasiada ansiedad crea entornos de aprendizaje inseguros y compromete lo que se recuerda y se aprende.

Al final de la cocción del mosto, los cerveceros ofrecen una visión general del estado de la investigación sobre las emociones, los procesos cognitivos y el aprendizaje, con el fin de comprender mejor el papel potencial de las emociones en el entrenamiento basado en simulación.

Un proceso esencial para el aprendizaje es la atención. Dado que nuestra capacidad de atención es limitada, preferimos prestar atención a la información que es congruente con nuestro estado emocional. Si extendemos esto al entorno de simulación, es probable que un alumno que está ansioso por ser observado en una sesión preste más atención a las reacciones del observador que a los detalles del escenario.

Un segundo proceso esencial para el aprendizaje es la memoria. Las emociones afectan tanto lo que recordamos sobre un evento como nuestra capacidad para recordar información mientras experimentamos una situación estresante. Cuando se experimenta estrés inmediatamente antes o durante la codificación de nueva información, se mejorará la memoria. Por el contrario, si el estrés ocurre 30 minutos antes de que se codifique una nueva información, la memoria para esa nueva información se verá comprometida.

Un punto importante es que la cantidad no es igual a la calidad de la información que se almacena. Las emociones fuertes pueden estar asociadas a una reconstrucción incorrecta del pasado. La memoria no es una verdadera instantánea de un evento anterior. Más bien, se reconstruye parcialmente en función de nuestros guiones, que son representaciones mentales de lo que generalmente sucede en un tipo particular de situación en función de nuestra experiencia. La investigación muestra que cuando las personas están expuestas a un evento altamente negativo, sus recuerdos tienden a depender más de este proceso de reconstrucción.

Las emociones también pueden tener un impacto en la motivación y el esfuerzo del estudiante para comprender los problemas educativos y la perseverancia frente a los desafíos, elementos igualmente importantes para el aprendizaje. En el entorno de simulación, las emociones experimentadas por los participantes pueden influir en su motivación para aprender de una sesión. Los alumnos que experimentan emociones negativas porque descubren que no pueden hacer algo pueden estar motivados para esforzarse más y leer más sobre el tema. Por el contrario, los estudiantes que experimentan emociones negativas, porque sienten que han sido engañados por el facilitador, pueden estar menos motivados para participar y es poco probable que intenten aprender más sobre el tema.

Los maestros concluyen que el objetivo principal de los entrenadores de simulación es garantizar que los alumnos sigan y aprendan de los puntos educativos que destacan en la sesión de simulación. Los efectos de las emociones en el aprendizaje y la resolución de problemas presentan un gran dilema. Por un lado, estamos tentados a manipular explícitamente nuestros escenarios de simulación para activar emociones, con la esperanza de poder conectarlas con los aspectos críticos a aprender y así mejorar la memoria de nuestros alumnos. Por otro lado, con base en datos de la literatura aún contradictorios, a menudo tratamos de reducir los elementos emocionales de las simulaciones, con la creencia de que crean más estragos que cualquier otra cosa. Ambas tendencias conllevan grandes riesgos: si intentamos manipular las emociones de forma explícita, esto podría resultarnos contraproducente debido a sus efectos sobre la atención, la memoria, la flexibilidad cognitiva y la motivación. Por el contrario, sería un error dejar de lado las emociones y centrarse en los elementos cognitivos más “racionales” del aprendizaje, ya que las emociones son poderosas y omnipresentes y cualquier intento de suprimirlas o evitarlas conduce a una mayor probabilidad de desarrollar síntomas de estrés postraumático y a un peor estado de salud.

Se necesita más investigación para comprender mejor la interacción entre las emociones y nuestros procesos cognitivos, tanto en el laboratorio como en entornos aplicados, pero mientras tanto, existen algunas acciones que los entrenadores pueden tomar para adaptar las emociones a las actividades de simulación.

Las cervezas de meditación como sabemos tienen un grado alcohólico bastante alto lo que ha llevado a los cerveceros canadienses a observar “efectos” muy interesantes. Su maestro cervecero recomienda ir y “probar” directamente la “cerveza original” producida por colegas canadienses, quienes también brindan algunos consejos importantes sobre la gestión de las emociones para los entrenadores de simulación.

Os espero en la próxima copa, en la que seguro que con la llegada del calor degustaremos algo más bebible y menos alcohólico.

Hasta pronto,

su Maestro Cervecero

LEE EL ARTICULO
LeBlanc VR, Posner GD. Emotions in simulation-based education: friends or foes of learning? Adv Simul (Lond). 2022 Jan 20;7(1):3.

Preferimos prestar atención, recordar e interpretar la información que es congruente con nuestro estado emocional.